jueves, 2 de mayo de 2013

Prevención de la Violencia Escolar. Atención a la Diversidad


Para hablar de atender a la Diversidad y prevenir algo que se ha venido dando con mucha frecuencia en nuestras aulas de clase como lo es la Violencia Escolar, es importante definir qué entendemos por Diversidad y de qué manera, tenerla presente puede ayudar a minimizar los factores que generan la violencia.

Al respecto, la profesora Osorio 2007, menciona que hablar de Diversidad es “entenderla como una característica propia de los grupos humanos que conforman una sociedad, ya que cada persona tiene su manera de pensar, de sentir y de actuar, independientemente de que, desde el punto de vista evolutivo, existan unos esquemas cognitivos, afectivos y conductuales con ciertas semejanzas”. Partiendo de esta definición, podemos decir entonces que todos y todas somos diversos desde el momento de nuestro nacimiento y durante el transcurso de nuestra vida. 

Llevando esto a las aulas de clase de todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo Venezolano, tenemos que, podemos encontrar niños, niñas, adolescentes y adultos diversos; quienes la única relación que tienen, radica en la igualdad de deberes y derechos. 

De igual manera, es importante mencionar que la Organización Mundial de la Salud define la violencia como “el uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona, o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”.

Ahora bien, revisados algunos términos básicos, es necesario preguntarnos ¿de qué manera podemos evitar la violencia escolar si atendemos la diversidad? Para dar respuesta a esta interrogante, tenemos que revisar lo que plantea la Educación Inclusiva; porque es a partir de la inclusión donde podemos comenzar a respetar las diferencias y aceptar que existe una diversidad y que la escuela no es formadora de seres únicos.

Atención a la Diversidad Funcional
De acuerdo a lo mencionado anteriormente, la Educación Inclusiva según el enfoque de atención a la diversidad, es definida por Blanco (2000) como “la educación donde todos los niños de una determinada comunidad aprenden juntos independientemente de las condiciones personales, sociales o culturales. Se trata de lograr una escuela en la que no existan “requisitos de entrada” ni mecanismos de selección o discriminación de ningún tipo; una escuela que modifique substancialmente su estructura, funcionamiento y propuesta pedagógica para dar respuesta a las necesidades educativas de todos y cada uno de los niños y niñas” 

La verdad, es que aunque hay muchos autores que defienden la Educación Inclusiva, en la práctica se siguen viendo escuelas donde su propósito es aceptar y preparar estudiantes con un solo modelo de ser y pensar. Como hemos visto en la revisión teórica de algunos postulados, esto atenta contra los derechos de todas las personas; pues como seres humanos somos diferentes, bien sea por nuestras creencias, raza, contextura, color, pensamiento, capacidades, preferencias sexuales y pare de contar. Creer que todas las personas podemos ser formadas bajo un patrón único, es un postulado que actualmente no tiene vigencia ni credibilidad. La riqueza de nuestra existencia radica en que somos seres únicos y diversos, con virtudes y defectos que sólo nos pertenecen a cada uno de nosotros. 

Por ello es importante señalar que de nada sirve querer moldear a nuestros estudiantes e intentar acercarlos a lo que nosotros entendemos como “perfección”, cuando ellos y ellas cuentan con una manera de pensar y de actuar particular. Lo que sí debemos hacer es aprender a tolerarnos y respetarnos para evitar caer en situaciones de violencia. Si bien nadie tiene la verdad absoluta, a veces intentamos imponernos ante las opiniones de los demás y cuando hacemos esto en nuestro salón de clase, o miramos por encima a aquel que tiene alguna condición distinta, estamos violando los derechos de esa persona; su derecho a existir, a ser, a vivir y a ser respetado (a).

Para finalizar, es necesario que como docentes estudiemos nuestra realidad y reflexionemos sobre el importante rol que ejercemos en nuestro salón de clase. De nosotros depende un gran porcentaje de la educación de nuestros niños y niñas, así como también el hecho de evitar situaciones de violencia creadas por la inhabilidad de aceptar e incluir a todos y todas los escolares. 

Recordemos que “ser diferente es algo común” y esa diferencia es la que nos permite formar ciudadanos y ciudadanas de éxito y forjadores de un mejor futuro.

ESCRITO POR: Eliana Aguilera
Profesora Especialista en Dificultades de Aprendizaje.
Promotora de la Lectura y la Escritura.
elianaalejandra86@gmail.com

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