El machismo aun prevalece en nuestra sociedad, haciendo que la desigualdad de poder entre los sexos y géneros, perpetúe la violencia sexista, machista o de género.
También llamada violencia doméstica, constituye la forma de violencia más frecuentemente naturalizada, encubierta y silenciada en el mundo; ocasionando un alto impacto negativo para la salud, física, mental, emocional y sexual de las mujeres a lo largo de todas sus etapas vitales (niñez, adolescencia, adultez y senescencia).
Lo anterior, ocasiona elevados costos sociales, ocupacionales y económicos, entre otros que nos demanda visibilizar el problema y asumir una actitud de co-responsabilidad en ser parte de la solución.
Una forma de contribuir con la eliminación de tal violación de derechos humanos, es desmitificar la violencia machista, sexista o de género, actuando como promotores y promotoras de las realidades que la caracterizan; a favor de la reconstrucción de una cultura de igualdad, respeto y paz; garantes de la salud integral en mujeres, hombres, niños, niñas y adolescentes.
Para ello, es importante internalizar y difundir diez verdades (Adaptadas de: Sepúlveda, Álvarez, Nussbaum, Pereira, y Díaz; S/F) que impulsen cambios de actitudes frente a la violencia machista, sexista o de género:
1. La violencia intrafamiliar No es un asunto privado y No es una forma normal de interactuar.
La violencia sexista es un problema de salud pública que trae consecuencias negativas para la salud integral tanto de las víctimas como para los agresores. Existe un riesgo de homicidio-suicidio en víctimas y victimarios.
2. La violencia doméstica No es un problema exagerado hoy día.
La violencia sexista es la causa más común de lesiones o daño en la mujer, incluso más que los accidentes o robos. El 50% de las familias padece algún tipo de violencia.
3. La actividad sexual en el matrimonio No es parte de las obligaciones conyugales.
La violencia sexual, incluye la coerción y la obligación a las prácticas sexuales no deseadas. Un elevado número de mujeres, manifiestan síntomas recurrentes de problemas ginecológicos asociados y pérdida del deseo y placer sexual.
Desmitificar la violencia machista... ...es una forma de prevenirla!!! |
4. La violencia No se produce sobre todo en las familias más pobres.
La violencia sexista ocurre en todos los estratos sociales. Toda mujer, por el simple hecho de serlo, ha sufrido algún tipo de violencia sexista en su vida.
5. La Violencia intrafamiliar No es provocada por el alcohol y las drogas.
La ingesta de alcohol o de drogas no causan la violencia aunque si la exacerba en los agresores. Muchos agresores no ingieren drogas o alcohol.
6. La violencia intrafamiliar Sí tiene graves repercusiones para los niños y las niñas.
Los niños y las niñas que crecen en un hogar violento, aprenden un modelo de resolución violenta de los conflictos que muchas veces repiten posteriormente en sus vidas adultas. La violencia sexista perturba el desarrollo emocional de los niños y las niñas.
7. Las personas que maltratan a otras generalmente No sufren de enfermedades mentales.
La violencia sexista es aprendida a partir de mensajes tales como: el maltrato y el castigo físico son métodos para disciplinar. Existe un 70% de personas que ejercen violencia que no padecen de una enfermedad mental.
8. Las personas que ejercen violencia Sí pueden cambiar.
Las personas pueden aprender modos no violentos de relacionarse. 45% de los agresores que asisten a tratamiento, logran relacionarse de otros modos no violentos.
9. Las escenas de maltrato generalmente No se producen una sola vez, Ni son hechos aislados.
La violencia sexista, en particular la ejercida por la pareja, es cíclica y de escalada creciente en frecuencia e intensidad. La mayor parte de las mujeres piden ayuda, después de haber padecido un promedio de siete años de violencia doméstica.
10. Si la mujer maltratada, sigue con su pareja No es porque sea masoquista o se lo busque.
Existen impedimentos sociales, culturales, religiosos y económicos que impulsan a las mujeres a mantener la relación de pareja pese a los malos tratos, por ejemplo, el temor. La violencia sexista es responsabilidad de quien la ejerce, no de quien la recibe y, nada la justifica.
ESCRITO POR: Idhaly Guzmán
Psicóloga Clínica. Sexóloga.
Especialista en Atención y Prevención de Violencia de Género.
Acreditada Defensora de Niños, Niñas y Adolescentes.
idhalyguzman@grupoambos.com
idhalyguzman@grupoambos.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario